Sobre limitar los precios de los productos

Se ve que el presidente de Bielorrusia, Alksandr Lukaxenko , está acostumbrado a mandar -lleva 28 años gobernando su país- y con la habitual soltura que le caracteriza, de un día para el otro ha prohibido, así tal cual, subir los precios en su país.

Bielorrusia ha registrado este año una subida del 13,8% en el índice de precios, que podría aumentar hasta el 19% para finales de año. En 2023 Lukaxenko prometió bajar a inflación hasta el 6-7% y parece que los números se le han rebelado un poco. Hasta el punto de que ha dado la orden a los miembros de su Gobierno de que los precios no pueden subir.

No es la primera vez que se intenta controlar los precios en un sistema de libre mercado pese a ir en contra de todos los manuales del neoliberalismo. Hungría ha comunicado que limitará los precios de algunos productos. En muchos estados europeos se limitaron los precios de las mascarillas y de los test de antígenos y se está intentando limitar el precio de los combustibles y de la electricidad de forma directa o indirecta.

Aún está por ver la eficacia del control de los precios. En cambio, es más que evidente que los agujeros generados por el sistema capitalista tienen que ser continuamente tapados por el Estado para que no se hagan excesivamente grandes y que por ello es más necesario que nunca una economía basada en las necesidades de las personas, en vez de la que tenemos ahora basada casi únicamente y exclusivamente en los dividendos. Esto es lo que se está poniendo una vez más de manifiesto ante esta situación de incertidumbre que nos está tocando vivir, más allá de lo anecdótico de la decisión tomada por el sempiterno presidente bielorruso.

Jurramenditik

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