¿A quién votar?

Aunque vivamos en una campaña prácticamente permanente a lo largo de todo el año, muchas personas aún no han decidido el sentido de su voto

Últimamente los actos de las campañas electorales se han convertido en una especie de sketches pensados únicamente para la televisión, como si fueran una suerte de subasta con propuestas a veces insultantes. Ese pequeño escenario habilitado expresamente para ello, reúne prácticamente todo lo habido y por haber: figurantes de cartón con el lema correspondiente y la sonrisa perfecta en la cara, compañeros de partido que aplauden el mensaje medido lanzado por el candidato,  todo pensado y desarrollado previamente por los asesores de campaña.

No es más que cuestión de unos pocos minutos: llegar al lugar elegido, desplegar los soportes publicitarios, decidir dónde y cómo van las cámaras, preparar y maquillar al protagonista, avisar a los periodistas y, cuando llegue el momento, mensaje enlatado del candidato. Ya está. Luego, en la tele, veremos todos los mensajes seguidos hasta completar una macedonia tutti-frutti que no tiene fundamento ni sabor a nada. “¿Quién dijo eso qué? ¿Dónde? ¿Cuándo terminarán las obras del Topo ?». Y a continuación… deportes.

¿Son efectivas las campañas? ¿Sirven para algo? Aunque a los que tengan decidido el voto les parezca lo contrario, los estudios dicen que sí; que las campañas son fundamentales, sobre todo para los que deciden el voto a última hora. Son aún más importantes en estos tiempos convulsos y singulares, en los que las cifras de abstencionistas e indecisos son cada vez más elevadas.

Si analizamos con detalle los datos de la última macro-encuesta realizada por EITB, nos damos cuenta de que hay grandes diferencias entre la Comunidad Autónoma Vasca y Navarra. Mientras que en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa el número de indecisos es del 21%, en Navarra sólo es del 8%. Aparentemente, la sociedad navarra tiene claro lo que se juega.  Los navarros que han decidido no votar son el 14%. El perfil de estos últimos no ofrece particularidades extraordinarias. No se aprecian diferencias significativas en función del sexo, edad o estudios. Quizá la presencia de abstencionistas sea algo mayor entre los votantes con estudios  primarios. En Navarra, se percibe interés y prisa por ir a votar. ¿Habrá sorpresas?

En la C.A.V, en cambio, el número de indecisos es del 21%, y cabe pensar que el porcentaje de los que se abstendrán será mucho mayor. Aquí el perfil de las personas indecisas está más claro: el 63% son mujeres, destacando especialmente entre las personas de 45 a 64 años.

Nos suelen decir que las encuestas son únicamente eso, encuestas. En este caso ha sido una muestra realmente grande — nos dicen que es la mayor que se ha hecho nunca en Hego Euskal Herria —. En total, 7.853 personas han respondido a esta encuesta telefónica realizada los pasados meses de febrero y marzo. El error muestral es bajo (2%) y el nivel de confianza alto (95%). Pero, sin duda, habrá sorpresas.

En muchos lugares — tanto en Navarra como en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa — la lista más votada se decidirá en torno a muy pocos votos. ¿En función de qué decide una persona, en el último momento, ir a votar?

Los que nos hemos educado  en una generación hiper-ideologizada somos muy cartesianos. Siempre hemos pensado que todo es fruto de una lógica perfecta. Hemos creído que esos votantes que han ido de un partido a otro han tomado su decisión por una elección muy consciente y que eso significa uno u otro y bla bla bla. No. Nuestros ingeniosos y densos análisis fracasan a menudo por no haber comprendido aún cómo se han tomado estas decisiones de última hora en esta sociedad líquidas de hoy en día.

Para la mayoría de los ciudadanos las elecciones, la dinámica de los partidos, el discurso político y todo lo que ello conlleva, no es su principal preocupación. No es el tema principal de su agenda diaria. Es una cuestión de segundo o tercer orden a quién votar. Hay que recordar que en 2019 en la CAV la abstención fue de un 34%…

Yoar Mendia.