1. El contexto de su elaboración
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Continuidad con el franquismo: La Constitución de 1978 surgió bajo la tutela de las élites del régimen franquista, lo que influyó en su contenido y en los límites impuestos al cambio político. Aunque se presentó como un acuerdo entre diferentes fuerzas políticas, es evidente que la transición fue «controlada» por los poderes franquistas, limitando la ruptura democrática con la dictadura franquista.
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Falta de legitimidad democrática plena: Al haber sido redactada en un contexto de presión por parte de sectores militares y conservadores, esta Constitución no ha sido el resultado de un debate plenamente democrático, sino de una negociación marcada por el miedo a una regresión autoritaria.
2. La cuestión monárquica
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Imposición de la monarquía: Consagra a la monarquía parlamentaria sin permitir un debate amplio ni un referéndum específico sobre esta cuestión. La actual monarquía fue instaurada por el dictador Francisco Franco y ha sido legitimada constitucionalmente sin consultar directamente a la ciudadanía.
3. Limitaciones en los derechos sociales y económicos
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Derechos sociales insuficientes: Aunque la Constitución incluye derechos sociales como el acceso a la vivienda, la salud y el trabajo, consideramos que estos derechos son en gran medida declarativos y no garantizan su cumplimiento efectivo. Por ejemplo, el artículo 47 establece el derecho a una vivienda digna, pero en la práctica este derecho no se ha materializado debido a la falta de mecanismos que lo garanticen de una manera efectiva.
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Primacía de la economía de mercado: Prioriza el libre mercado (artículo 38) y la propiedad privada frente a los derechos colectivos y las necesidades sociales. Esto ha facilitado políticas neoliberales que han profundizado la desigualdad entre la población.
4. La cuestión territorial
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Modelo autonómico limitado: No resuelve adecuadamente la plurinacionalidad del Estado español. Aunque reconoce la autonomía de las comunidades, no permite el reconocimiento explícito de «naciones» como Catalunya, el Euskal Herria o Galicia. Además, prohíbe el derecho a la autodeterminación.
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Centralismo velado: Aunque se instauró un sistema autonómico, sigue existiendo una tendencia centralizadora en el Estado, ya que el artículo 155 permite intervenir en las comunidades autónomas, como ocurrió en Cataluña en 2017.
5. El papel de las fuerzas armadas
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Guardia de la unidad territorial: El artículo 8 otorga a las fuerzas armadas el papel de garantizar la unidad de España, no siendo más que un resabio del franquismo y un instrumento para frenar proyectos transformadores o soberanistas.
6. Rigidez del texto constitucional
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Dificultad para su reforma: La rigidez del proceso de reforma constitucional, que requiere mayorías muy amplias y puede ser bloqueado por minorías parlamentarias conservadoras es excesiva. Esto hace que sea prácticamente imposible modificar aspectos clave, como la monarquía, el modelo territorial o el enfoque económico.
7. El bipartidismo institucionalizado
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Ley electoral desigual: Aunque la Constitución no define directamente el sistema electoral, el actualmente vigente y bajo el que se ampara, beneficia a los grandes partidos (tradicionalmente PP y PSOE) y dificulta la representación de fuerzas políticas minoritarias, especialmente en las provincias menos pobladas. Esto ha reforzado el bipartidismo y reducido la pluralidad democrática.
8. Falta de mecanismos de participación ciudadana
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Democracia limitada: El modelo constitucional actual, da prioridad a una democracia representativa, relegando mecanismos de democracia directa como referendos vinculantes, iniciativas legislativas populares más accesibles o procesos de consulta pública.
Por todo ello, consideramos que si bien en su momento pudo suponer un avance respecto a la dictadura franquista, especialmente en términos de derechos políticos y libertades civiles, ha quedado claro que su diseño y aplicación práctica no garantizan poder profundizar en la democratización del sistema, ya que por su forma y contenido no hace más que perpetuar estructuras de poder heredadas.
Llegados a este punto y vista la situación actual de crisis y agotamiento de modelo, creemos que es más necesaria una ruptura constituyente que permita avanzar hacia un modelo más democrático, igualitario y plurinacional.