Con todo lo que está acarreando el cambio climático, estos días que estamos sufriendo la primera ola de calor de la temporada veraniega, no estaría de más recordar que precisamente el calor y los diferentes fenómenos meteorológicos pueden tener un impacto significativo en los accidentes laborales, ya que afectan de manera directa tanto a la seguridad como a la salud de los trabajadores.
Las altas temperaturas pueden aumentar el riesgo de golpes de calor, el estrés, la deshidratación y el agotamiento. Además, otra serie de fenónemos cada vez más frecuentes como las tormentas eléctricas, fuertes vientos o lluvias intensas pueden causar caídas, resbalones o accidentes relacionados con la caída de objetos en el lugar de trabajo originado con ello situaciones verdaderamente peligrosas. Este tipo de fonómenos pueden verse agravados en sectores como la construcción, la agricultura y ganadería, determinados ámbitos industriales o la propia hostelería.
Desde aquí los carlistas queremos hacer un llamamiento al Gobierno y a los distintos agentes sociales para el estricto cumplimiento de la actual Ley de Prevención de Riesgos Laborales, -es aquí donde debería actuar con más eficacia la Inspección de Trabajo- y que su reforma que está en curso, recoja este tema como algo prioritario, con su consiguiente implementación y desarrollo, por el impacto directo que tiene en las personas trabajadoras.