Artículo de Juan Cerrillo Mansilla publicado en Diario de Noticias (Navarra) el 31/03/2020.
Víctima del coronavirus, acaba de fallecer doña María Teresa de Borbón Parma: “la Princesa Roja”. Política. Intelectual. Mujer sencilla y vital. In Memoriam.
Ha fallecido una de las figuras más icónicas de la oposición al régimen franquista, siendo, sin duda alguna, una de sus personalidades más destacadas, sobresaliendo de manera excepcional por su testimonio político y vital en la lucha por alcanzar las libertades de los pueblos de España.
Su trayectoria política siempre estuvo marcada por un profundo compromiso democrático y social, y fue un referente para muchos de los que la conocimos independientemente del signo político.
Formó parte de manera destacada de esa oposición española que durante los años sesenta y setenta luchó contra el franquismo, incluso desde la clandestinidad. Recluida en su domicilio, vigilada, sancionada y expulsada de España por el dictador y su gobierno, formó parte de la fundación de la Platajunta, representándola a nivel internacional ante los gobiernos europeos. Figura respetada por todos, era una intelectual notable, escritora, profesora universitaria, política nata y políglota, cualidades de las que no hacía ostentación. Nunca fue dada al relumbrón, y solo se conoció su presencia en algún evento familiar que no pudo evitar. Su vida fue una continua lucha por el carlismo y las libertades de los pueblos de España y apoyando a su venerado hermano Carlos Hugo. Yo sé que habrá muchas personas que escribirán loas destacando sus políticas virtudes; pero permitidme que en estos momentos resalte su faceta humana narrando un hecho acaecido con motivo del Congreso Mundial de la Paz, celebrado en Moscú en octubre de 1973. A dicho congreso se invitó a una delegación española conformada por unas doscientas personas pertenecientes a la oposición española al Régimen. Nos citaron en el aeropuerto de París. Allí fuimos recibidos por Gallego y Azcárate, miembros del Comité Central del Partido Comunista de España, y se nos embarcó hacia Moscú en dos aviones fletados por los sindicatos Soviéticos. Recuerdo en mi grupo las figuras señeras de conocidos artistas e intelectuales: Bardem, Antonio Saura, Genovés, Arrabal, Marcos Ana, Salinas y otros muchos. Dentro de la delegación española había una docena de carlistas encabezados por doña María Teresa. En Moscú, la delegación fue recibida por altos representantes del Partido Comunista de España y del PCUS. Uno de los actos paralelos al Congreso fue un emotivo encuentro celebrado en la sede del Partido Comunista español en Moscú con un grupo de españoles Niños de la Guerra y sus familias. Al final de este encuentro, y para clausurar el acto, se eligió por unanimidad que lo hicieran dos mujeres. Por parte de la delegación española a doña María Teresa, y por parte del partido a Dolores Ibárruri La Pasionaria. Doña María Teresa destacó la lucha que se estaba llevando a cabo por parte del pueblo español contra el Régimen y diciendo que la hora de la libertad ya estaba próxima. A continuación, Dolores Ibárruri, con su conocido verbo vibrante, destacó la figura del obrero español en su lucha contra el fascismo. Y tuvo un detalle especial para con doña María Teresa, diciéndola que ella conocía muy bien al carlismo y sabía de sus luchas por el pueblo y la libertad, ya que procedía de una familia de carlistas y que su abuelo había participado en la última guerra carlista. Una vez acabado el acto, debido a que había que bajar de un primer piso sin ascensor y por unas escaleras de madera que estaban resbaladizas por la copiosa nieve que en la calle caía, Dª María Teresa sostuvo el brazo de la Pasionaria hasta la salida de la casa. Este detalle humano de dos mujeres tan diferentes, pero unidas por la lucha en contra del Régimen y su amor a España, resalta la faceta humana de doña María Teresa, su sencillez y su grandeza personal.