Los directivos de grandes empresas como Iberdrola, CIE, Gestamp, CAF o Petronor se han unido al llamamiento realizado por el Lehendakari Pradales para la creación de un Grupo para la Defensa Industrial en Euskadi, para entre otras cosas, realizar conjuntamente un diagnóstico y contrastar las medidas a adoptar, además, de «anticipar soluciones y buscar oportunidades ante las nuevas medidas proteccionistas» tomadas por parte del nuevo Gobierno de Estados Unidos liderado por Donald Trump.
Vista la primera composición del mismo, llama la atención la ausencia de las centrales sindicales entre los invitados, teniendo en cuenta que el 90% de los que trabajan en el sector industrial son precisamente empleados por cuenta ajena. Y por ello resulta imposible pensar en llevar a cabo una planificación innovadora de futuro de un sector tan grande como la industria sin representación de los mismos. Otra cosa es que una vez cursada la invitación, sean los propios sindicatos los que decidan, con total legitimidad, si participan o no en dicho grupo, pero el Gobierno Vasco no puede dejarles fuera de juego a las primeras de cambio.
Por otra parte, tampoco parece del todo casual que en el nombre que se le ha dado a este grupo y en la terminología empleada por Pradales en su presentación, se incluyan términos tan marcadamente belicistas como defensa o rearme de la industria, viendo como desde el propio Gobierno Vasco se ha decidido apostar decididamente por el sector armamentístico, con el objetivo de dotar supuestamente a nuestra economía de una mayor competitividad. Concepto este frecuentemente considerado por los empresarios como contrario al de salario digno y que con el que habitualmente se les suele llenar la boca para cometer excesos y recortes en el ámbito de las relaciones laborales en perjuicio de los propios trabajadores.