A continuación analizamos el futuro económico y social para este 2025 en función de varias dimensiones clave como son: el mercado laboral, la desigualdad social, las políticas fiscales, la sostenibilidad ambiental y las relaciones internacionales. Los carlistas exponemos las siguientes ideas y propuestas sobre estas cuestiones:
1. Mercado laboral y precariedad:
- Problemas persistentes:
Seguimos enfrentándonos a problemas estructurales en el mercado laboral, como el elevado desempleo juvenil, la temporalidad y la precariedad. Aunque las reformas laborales de años recientes han intentado mejorar la estabilidad laboral (como la reforma de 2021), creemos que aún no se han abordado suficientemente la desigualdad ni la explotación en sectores como la hostelería, agricultura y servicios. -
Futuro crítico:
Si no se aplican políticas más decididas, como un mayor refuerzo de los derechos laborales que empoderen a la clase trabajadora, la expansión del empleo público o una transición económica hacia sectores de mayor valor añadido, las condiciones laborales se mantendrán estancadas o incluso empeorarán en el contexto de una posible recesión global.
2. Desigualdad y justicia social:
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Crisis de vivienda y desigualdad territorial:
La burbuja inmobiliaria sigue siendo un desafío con un aumento continuo de los precios del alquiler y la compra de vivienda. Las políticas actuales benefician a grandes fondos de inversión en detrimento de la ciudadanía. Además, las disparidades entre territorios como Madrid y comunidades más empobrecidas (Extremadura, Andalucía) no han sido atendidas estructuralmente. -
Propuestas:
Para 2025, apoyamos medidas de control de los precios del alquiler, de expropiación de viviendas vacías en manos de grandes tenedores y creemos que se debe expandir el parque público de vivienda. Sin esto, la desigualdad socioeconómica seguirá aumentando.
3. Fiscalidad y redistribución:
- Crítica al modelo fiscal:
En general mantenemos un modelo fiscal regresivo, donde las grandes fortunas y multinacionales eluden impuestos a través de beneficios fiscales y paraísos fiscales, mientras que las clases medias y trabajadoras asumen gran parte de la carga tributaria. El modelo fiscal necesita una profunda reforma para garantizar una mayor redistribución de la riqueza. -
Expectativas para 2025:
Un gobierno comprometido con una agenda de izquierdas, debería priorizar un impuesto a las grandes fortunas, eliminar deducciones fiscales injustas para empresas y recaudar más de sectores como la banca y las tecnológicas, haciendo caso omiso a la presión de los grandes grupos empresariales. Es fundamental la redistribución de la riqueza mediante una fiscalidad progresiva y una mayor inversión en servicios públicos.
4. Sostenibilidad ambiental y transición económica:
- Dependencia de energías fósiles:
A pesar de los avances en renovables, seguimos siendo dependientes de los combustibles fósiles, tanto en términos de importación como de consumo. Los proyectos de transición energética (como el PERTE de transición ecológica) han beneficiado a grandes corporaciones en lugar de fomentar comunidades energéticas locales. -
Propuestas desde una política crítica:
Para 2025, sería esencial una política más agresiva en la inversión pública directa, la nacionalización de sectores estratégicos (energía, transporte) y la promoción de una economía más descentralizada y sostenible. Ya es hora de abordar la crisis climática de manera estructural y justa.
5. Relaciones internacionales y UE:
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Condicionalidades neoliberales:
La Unión Europea sigue promoviendo e implementando políticas neoliberales con planes de ajuste estructural y condicionalidades ligadas a los fondos europeos (NextGenerationEU). Estamos convencidos de que estas políticas perpetúan modelos de crecimiento desiguales y dependientes. -
Alternativas:
Podríamos liderar, junto a otros países del sur de Europa, un bloque que cuestione las políticas de austeridad, promueva el aumento del gasto público y rechace condicionalidades perjudiciales para la clase trabajadora, desafiando las políticas neoliberales europeas que perpetúan la desigualdad y la precariedad. Creemos que sin medidas valientes, corremos el riesgo de prolongar un modelo económico marcado por la desigualdad, el desempleo estructural y la dependencia de grandes corporaciones y mercados internacionales.